El centro de estética y belleza D’ELLA basa su filosofía en dos conceptos que son su esencia y que lo hacen diferente: el servicio y trato exquisito a sus clientes y la eficacia de los tratamientos.
El servicio y trato por parte de todo su equipo es especial porque cada cliente también lo es. Desde el primer momento, su personal se interesa por conocer al cliente, saber cuáles son sus inquietudes, sus motivaciones, sus hábitos y estilo de vida… Todos ellos aspectos fundamentales para poder hacer un buen diagnóstico, orientado a obtener después los mejores resultados.
En cuanto a la eficacia, decir que no se trata solo de contar con los equipos más innovadores y exclusivos, sino de ponerlos en manos de grandes profesionales que, como las que trabajan en el centro de estética y belleza D’ELLA, aportan valor añadido al tratamiento.
El centro D’ELLA está dotado de los últimos equipos del mercado, pero sin caer en “todo lo nuevo es bueno”. Por eso, su tecnología pasa una estricta prospección para validar su eficacia. Después, la clave está en proponer a cada cliente el tratamiento que mejor se ajuste a sus necesidades.
La fundadora del centro, Antonia Martínez, profesional de la estética con más de 30 años experiencia a sus espaldas, siente una profunda vocación y pasión por su trabajo. No aconseja a sus clientes nada que ella no se haría y, de hecho, prueba en propia piel todos los tratamientos antes de ofrecerlos en cabina. No en vano, la máxima del centro es la salud, prioridad absoluta en todos sus tratamientos. No hay que olvidar –nos cuenta- “que salud y belleza son reflejo una de la otra y que, si no se está bien por dentro, difícilmente lo estaremos por fuera. Mientras mejor estés de salud, mejor estarás estéticamente”. El bienestar es un tratamiento de belleza infalible…