Las tareas escolares son fundamentales pues refuerzan el conocimiento adquirido en el salón de clases y se consideran un recurso pedagógico para profundizar y afianzar los conocimientos. Además, ayudan a formar hábitos de estudio, acostumbrando al alumno al trabajo independiente y responsable.

Ya sea en su elaboración u orientación o revisión y corrección es necesaria la compañía de un adulto, pues las circunstancias del salón de clases no siempre son propicias para el entendimiento de los conocimientos que el alumno debe manejar; por ello las tareas significan el momento apropiado para hacerlo.

Contar con un espacio adecuado y una persona eficiente para cumplir el objetivo de una tarea extra clase se vuelve una necesidad en el desarrollo escolar de los niños. Así también resulta trascendente fomentar la disciplina de trabajo, pues la infancia es probablemente el período más relevante para conformar hábitos.

Por último, un seguimiento y control permanente de las tareas les permitirá a los padres conocer las dificultades del niño en el proceso de aprendizaje.